La psicoterapia individual, está dividida en tres partes. La primera consta de dos o tres sesiones para conocernos, crear el espacio de confianza, reconocer recursos del consultante y levantar el motivo de consulta. Asimismo recoger información complementaria, indagar áreas comprometidas, aplicar pruebas si es necesario, y se establecer los objetivos terapéuticos.  Posteriormente, en conjunto con el consultante, se establece un plan de trabajo que permita en el corto plazo ir avanzando hasta encontrar un estado de bienestar. En la tercera etapa, las sesiones son quincenales o mensuales, para revisar cómo se está llevando la puesta en práctica, atender recaídas o ajustes que sean necesarios antes del cierre

Es un modelo de abordaje en donde el juego es la forma esencial de comunicación entre el terapeuta y el niño/a, la expresión de sus sentimientos, su visión de mundo y por supuesto la emergencia de sus conflictos y el fortalecimiento de recursos. Una vez establecido el vínculo, el terapeuta, facilita la generación de un espacio lúdico en el cual el niño/a pueda proyectar, resignificar y elaborar terapéuticamente sus vivencias o conflictos. En estructura, si bien,  la intervención  también está dividida en tres partes, como en terapia individual, se ocupa una sesión para entrevista con el adulto que trae al niño/a de tal manera de recabar la mayor información posible y luego, con el niño/a dos a tres sesiones para crear vínculo, evaluar y establecer las temáticas que se abordarán. El cierre del proceso será con sesiones quincenales, mensuales o semestrales que el niño/a requiera para despedirse del espacio creado.

El psicodiagnóstico, generalmente solicitado por instituciones educacionales u otros profesionales de la salud, tanto infantil como adulto, tiene por objetivo medir y evaluar aspectos  con la finalidad de establecer un diagnóstico y proceder en virtud de ello. Su resultado se plasma en un informe que es firmado por el profesional responsable.

En el caso de la psicoevaluación, que tiene un objetivo no necesariamente diagnóstico, se busca principalmente conocer el funcionamiento psicológico, fortalezas, conflictos u otros elementos que permitan fijar de mejor manera los objetivos terapéuticos, establecer una línea base o medir avances en el proceso.

 Ambos procedimientos incluyen una serie de cuestionarios, pruebas y entrevistas que se eligen de acuerdo a la información que se requiera levantar.

En el servicio de Psicodiagnóstico y Psicoevaluación es posible emitir informes para instituciones educacionales, interconsultas a especialista, informes para ser presentado en tribunales de familia u otras entidades que lo requieran.

Los talleres son intervenciones de tipo psicoeducativos, individuales o grupales, que pueden ser impartidos tanto de manera presencial, como on line (sincrónicos o asincrónicos). Tienen como objetivo abordar temáticas específicas con una duración de una a tres sesiones, dependiendo de la profundidad del tema. 

En el caso de organizaciones, es posible crear el contenido específico que requieran para sus planes de capacitación.

Temas principales:

·         Habilidades Parentales

·         Primeros Auxilios Psicológicos

·         Manejo de Ansiedad

·         Técnicas para la organización del tiempo y  planificación 

·         Mindfulness y hábitos saludables

·         Manejo TDA y TEA para padres y niños/as

·         Habilidades Sociales

·         Gestión Emocional y Comunicación Asertiva

·        Manejo de la regulación emocional en Adolescentes (para padres y docentes)

Es un tipo de terapia en la que  se asume que la persona es experta en la historia de su vida y que su identidad se construye a partir de eso que se cuenta a sí mismo. 

El terapeuta actúa como un agente facilitador colaborando a tejer, de una manera útil y adaptativa, la forma de presentar la historia de la vida del cliente. 

Mediante el uso de cartas y relatos de vida, la persona va narrando sus vivencias para generar relatos alternativos en los que el problema no lo inunde todo.

Este tipo de sesiones permite obtener herramientas para focalizarnos en el presente. Aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora. Es una toma conciencia de nuestra realidad, para trabajar concientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. La falta de estas técnicas, puede llevarnos, entre otras cosas, a estar más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aún no ha ocurrido, reaccionando de manera automática y desadaptativa.